Trama Educativa entrevistó a Perla Medina, Secretaria de Finanzas de la Agremiación de Docentes Universtarios Marplatenses (ADUM), sobre los préstamos otorgados desde el sindicato para la adquisición de equipos durante el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio.

  • ¿Cómo ves la medida del gobierno nacional de lanzar una línea de crédito para que docentes puedan comprar equipamiento tecnológico? ¿Hasta qué punto puede alcanzar a los docentes de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP)?

La medida me parece muy atinada, porque la situación de trabajar con la virtualidad nos ha encontrado a todos, más en las familias con chicos de edad escolar y el trabajador que tiene que estar con el home office, en la necesidad de tener elementos apropiados para poder trabajar a distancia. Entonces, ha generado que mucha gente tenga la necesidad de comprar equipamiento.

Sabemos que todo empleador debe dar a su empleado los elementos para trabajar; de todas maneras, hay cuestiones que son necesarios ahora y que antes no existían, o que no estaban, y que en las oficinas sí tenemos, y eso ha generado la compra de equipamiento, principalmente informático, como celulares con mejores prestaciones.

La medida es buena, pero no alcanza, abarca a una parte de los docentes, que están en escolaridad obligatorio, por un lado, y los terciarios, todos los docentes que cobran el Fondo Nacional Docente (maestras jardineras, primarias, secundarias y terciarios, no universitarios). Por eso, la CONADU, que nuclea a los docentes universitarios, hizo una presentación exigiendo que estemos incluidos en ese tipo de crédito.

Al inicio de esta vorágine y la pandemia, que nos quedamos en nuestras casas, que comenzamos a trabajar a distancia con los estudiantes, generó muchos problemas que no solo afectaron a los y las docentes universitarios, sino también a todas las personas que estén trabajando desde sus casas. Desde ADUM, realizamos una consulta para tener un análisis sobre esa realidad. Consultamos sobre: cuestión laboral, organización en la casa, realidad del cuidado de niños y mayores, necesidades desde lo informático y la conectividad. A raíz de eso, en lo primero que trabajamos fue apoyar económicamente con un préstamo para la compra de equipamiento informático: si bien los montos que manejamos no son muchos, una realidad muy diferente en junio que ahora por los precios de los equipamientos, ADUM propuso un préstamo máximo de 30 mil pesos.

Fue muy bien recibido por los afiliados y afiliadas de ADUM. Ya se han otorgado alrededor de 36 préstamos y hay gente que todavía está esperando su turno, unas 46 personas en total. Nuestra intención sería que, a mediados de agosto, podamos tener todo cubierto. Por eso, un crédito como el que está largando el Banco Nación para algunos docentes que, en el caso de afiliados de ADUM atañe a los docentes del Instituto Illia y el jardín martenal, estamos teniendo una situación que puede descomprimir y mejorar las condiciones.

  • Aproximadamente, ¿qué número maneja ADUM con docentes en esta necesidad de mejorar sus condiciones?

La encuesta estuvo contestada por alrededor de 820 personas. No solo fue la consulta a afiliados de ADUM, sino a toda la comunidad universitaria. Alrededor del 60% manifestó tener algún tipo de inconveniente. Algunos de esos inconvenientes han tenido que ver con la realidad familiar, como una máquina que se debe compartir con el núcleo familiar, lo que empieza a generar conflicto y menos posibilidades de uso. A lo mejor no era solo la cuestión específica del docente, sino de todo el núcleo familiar. Se empezaron a ver varias variables, cuestiones y necesidades.

Fue una muy buena respuesta de la gente, que se abocó a contestar el formulario. Pudimos observar la realidad que estaban pasando. Es un problema serio, con mucho estrés, en el trabajo desde la casa.

  • Entonces, de ese 60% de docentes universitarios con necesidades de un equipo nuevo o reacondicionar el mismo, aproximadamente un 10% se cubrió con los préstamos de ADUM.

Más que lo que se pudo, es lo que han solicitado. Aunque no ponemos un límite, el dinero sí. Como uno empieza a rescatar las cuotas de lo que se va pagando de los préstamos, se puede ir generando una nueva rueda de préstamos.

También hay que tener en cuenta que son 30 mil pesos. Al inicio se podía conseguir una computadora con buenas prestaciones a 50 mil pesos, y hoy no hay una que sea menos de 80 mil pesos. Son realidades que nos pasan por encima, no tenemos más capacidad, sino no podríamos abarcar tanto. Por ahí hay gente que tiene tarjeta de créditos, que les dan algunos beneficios; eligen esa situación porque pueden cubrir todo el monto. También, compraron a alguien algo usado y hacer una diferencia de precio. Son situación tan particulares en cada caso.

  • Se va a dar una continuidad con el acompañamiento académica en todas las carreras de la UNMdP, la mayoría con cambios en sus calendarios académicos. Esto se relaciona con una posibilidad de que las necesidades del primer cuatrimestre sean diferentes a las del segundo. Hay un grupo de docentes que se adicionan en el dictado de este cuatrimestre y posiblemente, vayan a requerir un acompañamiento desde el gremio para el equipamiento. ¿Hay relanzamiento de los préstamos y/o la encuesta?

Respecto al relanzamiento de los préstamos, nosotros tenemos un dinero más o menos acotado, que hasta ahora, a mediados de agosto, queremos que sea cubierto. Después vemos cómo cubrimos lo que continúa. No ha habido un momento de cierre, entonces no tendríamos un relanzamiento. Por ahí sí las personas ven ahora una nueva necesidad porque hay docentes que recién ingresan al segundo cuatrimestre, entonces van a necesitar un equipamiento específico, por ejemplo.

Por otro lado, sí se comienza a transitar un segundo cuatrimestre y es muy probable que lancemos alguna otra consulta porque ha habido todo un camino andado y han cambiando algunas cosas en las condiciones y ambientes de trabajo. Tenemos las licencias por alguna situación particular en su realidad familiar, independientemente de lo que el decreto a nivel nacional cuida a aquellas que tienen en cuidado a personas mayores o grupos de riesgo y que no tienen la obligación de estar en el trabajo, también está por salir una Resolución del Rectorado con la que estuvimos trabajando desde la paritaria local, para las cuestiones de las personas que están al cuidado de menores de 6 años, mayores de 6 años en edad de escolar o atención de personas mayores, de manera que haya licencias o dispensas en la carga horaria para que puedan estar realmente trabajando.

Me preocupa mucho es el nivel de estrés con el que uno ha llegado a superar este tema, este tiempo, y que ahora comienza de nuevo. Conociendo eso, me preocupa la salud de todos las y los docentes porque realmente yo no sé si hay mucha gente que haya pedido carpeta médica específica. El nivel de estrés es muy grande por el trabajo y la carga horario mayor a la que uno destinaría a nivel presencial. No estábamos preparados para dar en forma virtual. Reacomodar las cuestiones, decidir cómo dar, cómo manejar un aula virtual, todas esas cosas se tuvieron que hacer muy encima de las clases, muy corriendo detrás de los tiempos.

  • ¿Crees que haya una posibilidad de que todas esas condiciones, creídas necesarias y no estuvieron en el primer cuatrimestre, para programar las clases y bajar el nivel de sobrecarga, esté en condiciones de ser aplicado en este tiempo que queda?

En principio, por lo que vemos, creo que no. Como tuve la experiencia en el primer cuatrimestre y con la misma materia que tendré en el segundo cuatrimestre, y eso de ninguna manera me va a implicar que no haya sobrecarga, sí es cierto que vamos a sacar la sobrecarga del armado de material porque íbamos armando a medida que avanzábamos. Todo lo demás va a estar; el hecho de trabajar en forma virtual no es lo mismo. Una situación como la conversación que mantenemos ahora no es la misma que de forma presencial, es más relajado de manera presencial. No me parece que todo vaya a ser de la misma manera, pero lo que sí es cierto es que casi todos, más allá de los exámenes virtuales luego del receso invernal, vamos a tardar un mes en volver a clases. No es lo mismo que pasó al inicio, que más o menos el 16 o 20 de marzo comenzábamos y se dictó que no iba a haber clases, que teníamos que cambiar todo, que ni siquiera teníamos las aulas virtuales para utilizarlas y por ello, las personas decidíamos una forma de comunicación con los y las estudiantes, otras personas decidían otras y era todo un caos. Tal vez ahora esté más ordenado y es cierto que, desde la organización del trabajo, es mucho más cómodo con algo organizado, y no genera tanto estrés, como en el primer cuatrimestre.

Creo que algo va a ser mejor, pero la sobrecarga no se va a ir del todo. Lo que siempre planteamos es que esto tuvo que generar en algunos y algunas docentes prepararse con aplicaciones que no estamos acostumbrados a utilizar. Concursamos para clases presenciales, más allá que alguno ha hecho algún curso o trabajaba con un aula virtual como complemento, pero no es lo mismo que mantener una continuidad pedagógica desde la virtualidad. Hay que agradecer a todos los docentes por el esfuerzo.

  • Nos queda pendiente cómo se hará en aquellas asignaturas que necesitan una práctica de territorialidad, de laboratorio, el taller, la práctica efectiva. ¿Hay alguna vista sobre esto?

No hay novedades. La forma en que nosotros lo vemos es que el segundo cuatrimestre será virtual, no hay mucha vuelta. Eventualmente, puede haber algún examen presencial, cuando alguna condición se dé. Cada vez lo vemos más lejanos. Si vemos la realidad en otros países, también lo vemos más lejanos por los rebrotes. No hay vacuna y no hay mucha manera de parar la pandemia. La situación de las clases no va a ser posible; si uno piensa que puede haber personas dentro de la Facultad, primero, hay que generar protocolos y por otro lado, la cantidad de estudiantes que pudiera haber sería muy chica.

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