En un contexto de creciente incertidumbre en la educación pública, estudiantes de las facultades de Psicología, Ciencias Exactas y Naturales, y Humanidades decidieron la toma de sus respectivos edificios. Esta acción, impulsada por el descontento frente al veto al financiamiento universitario, busca visibilizar la crisis que atraviesan las universidades y defender el derecho a una educación de calidad.
El descontento estudiantil ha tomado fuerza en las últimas semanas, culminando en una asamblea masiva en la Facultad de Psicología, donde más de 200 estudiantes votaron a favor de la toma del edificio. Delfina, miembro del Centro de Estudiantes de Psicología, explicó que esta medida de fuerza no solo es una respuesta a la crisis financiera, sino también un intento de reivindicar el derecho a una educación que garantice la formación de profesionales comprometidos. “La toma es una medida para marcar un corte y una posición”, explicó.
En este marco, los estudiantes organizaron una serie de actividades que incluyeron clases públicas, talleres y conversatorios. “Queremos que la toma sirva para construir la universidad pública que queremos. Estamos trabajando para que todos los compañeros puedan participar, ya sea en la toma o en las actividades que organizamos”, añadió Delfina. Las clases públicas no solo abordan contenidos académicos, sino que también se centran en temas de defensa de la educación pública, fomentando un espacio de reflexión entre los estudiantes.
La colaboración entre los diferentes centros de estudiantes es clave para mantener la cohesión y la organización. Juan Ignacio, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Naturales y Exactas, explicó que las medidas que se fueron tomando hasta ahora fueron en conjunto con la Facultad de Psicología y la Facultad de Humanidades: “Vamos a estar en conversación de cara a las asambleas de hoy a las 18. Las tres facultades van a tener la Asamblea a la misma hora. La idea es mantener ese orden con las tomas que están conducidas por los centros de estudiantes”.
En este contexto, los estudiantes han mantenido una línea de comunicación abierta con los gremios docentes y no docentes, como también con las autoridades de la Universidad. Delfina mencionó que, aunque aún no han logrado organizar reuniones formales con la gestión de la facultad, se está proponiendo una asamblea interfacultades que incluya a todos los docentes y graduados. “Queremos escuchar sus opiniones y construir un plan de acción que nos una a todos en esta lucha”, enfatizó.
Por otra parte, el presidente del Centro de Estudiantes de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Ezequiel, aportó su perspectiva sobre la situación actual. A pesar de que otros centros han decidido tomar su unidad académica, Ezequiel explicó que su grupo optó por no hacerlo: “Nuestra decisión fue en base a que no pensamos que la toma es el camino indicado. Podemos tomar otras alternativas a esta problemática”.
Mientras los estudiantes continúan con sus actividades en las facultades tomadas, el futuro de la educación pública en el país se mantiene incierto. Sin embargo, el compromiso y organización demuestra que están dispuestos a luchar por un sistema educativo que garantice el acceso y la calidad que merecen. La situación actual pone de relieve la necesidad de un diálogo constructivo entre estudiantes, autoridades y gremios, para encontrar soluciones que beneficien a toda la comunidad educativa.