Trama Educativa entrevistó a Karina Cozzo, directora de la Escuela Especial N° 507 y el Centro de Formación Laboral N° 3 de la ciudad de Batán. Nos dio detalles de cómo continúan las clases virtuales para dichas comunidades educativas.
- En este contexto de pandemia, ¿cómo están funcionando las dos instituciones educativas?
La verdad es que toda la comunidad educativa acepta el desafío que significa hacer frente a la pandemia. Hemos desarrollado y aprendido a manejar tecnologías que no hacíamos antes. Nuestras escuelas son escuelas especiales las dos, una del nivel secundario y otra atiende al nivel inicial/primario. Siempre se trabaja con las familias para llegar a los alumnos.
- ¿Ven alguna complicación en cuanto a la comunicación con los estudiantes y la posterior entrega de trabajos?
Las escuelas especiales son muy complejas. Nosotros abarcamos la atención de alumnos de 45 días a 22/23 años. Nivel inicial y primaria, en la 507, tiene alumnos de sede y alumnos que están en escuelas comunes con propuestas de inclusión. La realidad es muy variada. Las maestras inclusoras apoyan la propuesta curricular de los servicios comunes, manteniendo el nexo con el alumno y la familia. Esto implica ir hasta la casa, llevarles los módulos a los alumnos que no tienen acceso a la conectividad, las videollamadas, los Zoom, despejar dudas.
En el caso del CFL 3, es una escuela secundaria de la modalidad de educación especial. También lleva propuestas de inclusión, pero con un nivel más complejo. Atraviesan el ciclo vital complejo propio de la adolescencia, más el tema de la pandemia. Pero se está logrando, soy muy optimista.
- ¿Cuál es el cupo actual de estudiantes?
La Escuela 507 tiene alrededor de 260 y el CFL 3, 277.
- Los docentes también están trabajando duro.
Yo creo que los docentes, la clave en el desafío que lleva adelante la escuela hoy, está en la comunidad docente, en el compromiso que tengan. La palabra que uno debe resaltar es la ‘justicia curricular’. Esta cuestión que nos pone de manifiesto la pandemia son las diferencias en el acceso tecnológico y los recursos que tiene toda la población argentina. Nosotros somos docentes del sistema público, por lo que de alguna manera somos garantes de esta ‘justicia curricular’.
- ¿Hay reclamos de los docentes atento a la crisis actual por la pandemia?
Debo decir que me siento muy afortunada de dirigir las escuelas que dirijo porque no he tenido grandes reclamos de los docentes. La verdad que han puesto el hombro y han puesto de manifiesto nuevo proyectos curriculares acorde a las necesidades del momento. Es un placer trabajar con los docentes de la Escuela 507 y los del CFL 3. Son diferentes contextos. La 507 está en Libertad 1800, abarca toda la zona del barrio Libertad, pero también tiene propuestas de inclusión en escuelas privadas; y el CFL 3 abarca la zona de Batán, los parajes, barrio Autódromo, Belgrano, la periferia de Mar del Plata. Son sectores vulnerables y vulnerados, que no es lo mismo.
- ¿Se ve la presencia del Estado?
Si. Yo puedo hablarte más del Estado Provincial. Tenía que entregar mercadería en la Escuela 507. Las escuelas especiales tienen comedores escolares, y a veces responden a una necesidad y esa necesidad tiene que cubrirse, aún en pandemia.
- ¿Alcanza lo brindado para el Servicio Alimentario Escolar (SAE)?
No no, alcanza. Eso deberá atenderse a la cantidad de cupos que tenga el SAE, pero en el caso de nuestras instituciones, la verdad que alcanza.
- ¿Cómo están trabajando con los últimos años del nivel secundario?
Los alumnos que tienen propuesta de inclusión en el sexto año se los acompaña y continúan el proyecto curricular de cada área. La verdad que no tenemos certeza oficial de cómo vamos a seguir, si vamos a volver con los sextos años durante este período. No hay todavía una decisión tomada. Los alumnos del CFL que estarían en condiciones de egresar este año, la verdad que como es una escuela especial, pueden estar un año más. Ellos se reciben con una práctica profesionalizante y eso este año no se puede realizar porque es una práctica en un entorno laboral y con la pandemia no. Es diferente, es una escuela especial, no tenemos sexto año, es segundo ciclo. La edad puede variar; no tenemos la estructura de una secundaria común.
- En caso de volver a la presencialidad, ¿ese año de práctica profesional cómo se desarrollaría?
Nosotros trabajamos con acuerdo entre educación y el Ministerio de Trabajos. Los planes de práctica fueron presentados por el CFL 3 y estaban en vías de ser aprobados. Tienen que cumplimentar 200 horas, no necesitan hacerlo este año, pueden hacerlo el año que viene, no solo teniendo en cuenta la realidad de si volvemos a las aulas o no, sino que además hay que ver la realidad empresarial, y es más difícil. Hay prácticas internas con los chicos con un grado más completo de discapacidad, dentro de la escuela especial con un proyecto pensado especialmente para ellos.
- ¿Cómo ven la posibilidad de una vuelta a clases, sobre todo teniendo en cuenta la realidad edilicia y sanitaria en Mar del Plata?
Yo prefiero ser cautelosa. Me parece que si uno hace un análisis de la realidad de la ciudad, la verdad que los casos se han multiplicado de una manera muy rara. Han salido algunos médicos a hablar de transmisión comunitaria. Insisto, no hay certezas. Tener que volver, entiendo que parte de la población de la educación especial estaría formando parte de los grupos de riesgo, con lo cual también es algo que hay que pensar, pensar muy bien los protocolos, que los estudiantes se trasladan en combis que pone el Consejo Escolar.
No es una decisión que como directora pueda tomar. Uno como funcionario del Estado forma parte de la política educativa; por eso digo que no es una decisión que pueda tomar el director de la escuela, más allá que pueda hacer el análisis de un riesgo real en el servicio. Si esto sucediera, el director tiene la potestad de suspender las clases, pero esto sería una decisión más macro.
Yo entiendo que el accionar de los sindicatos, de hacer oír las voces de los docentes, es fundamental.