Entrevistamos a Jorge Illa, integrante de la mesa del Partido Socialista, para recordar a Miguel Lifschitz, ex intendente de Rosario y ex gobernador de la provincia de Santa Fe, quién falleció el pasado domingo nueve de mayo.

—Nos parece importante destacar a la política como herramienta transformadora de sociedades, en este sentido, se puede afirmar que Miguel Lifschitz fue un hacedor de la política.

Así es, Miguel Lifschitz, fue un hacedor de la política pública, además de un militante. Se sumó a lo que fue el socialismo popular, partido que en un nuestra ciudad desarrollaron Pancho Morea, María del Carmen Viña y Daniel Medina, entre otras y otros referentes. Y tuvo la oportunidad junto a Hermes Binner, de comenzar la gestión municipal de Rosario desde el área de obras publicas.

Fue un hacedor, concretó los sueños y los proyectos que pensó Binner, que pensó el socialismo en primer lugar para Rosario, fue en las intendencias de Lifschitz que Rosario concretó la descentralización municipal insignia en Argentina y América Latina. Logró el sistema de salud municipal mas desarrollado y concretó una gestión de un estado presente pero combinado debidamente con un estado profundamente ético y transparente.

Años después le tocó en la gobernación de Santa Fé seguir concretando, seguir haciendo, concretó los hospitales que pensó Binner, los hospitales de alta complejidad, públicos y gratuitos que tiene hoy la provincia de Santa Fe. La única provincia de la Argentina que ha inaugurado tantos hospitales los últimos años fue Lifchitz, después de la gestión de Antonio Bonfati. Pero no se quedó en eso, no se quedó en concretar y hacer, también pensó el futuro y Lifchitz fue el que llevó a un estado provincial como Santa Fe a impulsar las energías renovables y a la vez a impulsar fuertemente la ciencia, la técnica y la educación.

—Vivió la militancia y la política como una forma de estar cerca del que más sufre ¿Es así?

Creo que Lifschtiz deja a la Argentina un ejemplo de que la política publica puede transformar realidades, puede revolucionar la educación, puede abrazar la ciencia y la técnica. El definía un futuro con exactitud, que debía ser inclusivo para salir de la sociedad del descarte, debía ser ecológico para enfrentar ahora la sustentabilidad del futuro, y que debía ser feminista, él fue un gran impulsor de las mujeres y las disidencias.

También deja un profundo ejemplo ético, Lifschitz murió de COVID, esperando como cualquier argentino su vacuna. Dramáticamente esta vacuna habría llegado en estos días con las nuevas dosis, que por suerte para todos y todas las argentinos, se están repartiendo. Decidió también no aislarse de la sociedad, él entendía la función publica en la calle, con la gente, y fue ejerciendo su función publica como diputado provincial que contrajo el COVID. 

Esperó, se anoto para recibir su vacuna, y finalmente el destino como a miles de argentinos y argentinas, lo llevó a ya no estar hoy con  nosotros. De manera que queda ese ejemplo ético de alguien que fue dos veces intendente, que fue gobernador de una provincia como Santa Fe, que fue legislador provincial y que después de 30 años de gestionar fondos públicos murió sin una sola denuncia de corrupción.

—¿Cómo podemos relacionar la figura de Lifschitz con la educación?

Miguel era un obsesionado del conocimiento, era un convencido igual que Binner y Bonfatti, son dirigentes convencidos de que la Argentina solo tendrá futuro de la mano del desarrollo del conocimiento y de su acceso por parte de la población y de la profundización en clave del siglo 21 del conocimiento. El hacía del estudio de las distintas situaciones sociales, económicas y productivas, una obsesión de su trabajo, eso lo llevaba reunirse de forma permanente con los mejores intelectuales de la Argentina, lo mas desarrollados centros de estudio, mas allá de las visiones que tengan. Dialogaba con los sectores productivos, los representantes del trabajo, las activistas del feminismo, del ecologismo, se ve eso en la despedida que hoy está recibiendo.

Hacía del dialogo una obligación política para pensar cómo solucionar los problemas complejas y estructurales que tenemos como sociedad y en eso solo veía la alternativa de la educación como camino definitivo. Generó el Ministerio de Ciencia y Técnica de la mano de Érica Hynes, un desarrollo provincial de apoyo a la ciencia y técnica que no es común en nuestros estados subnacionales.

Generó la reivindicación del trabajador y de la trabajadora docente, recordaba al propio sindicato de docentes de Santa Fe hoy que fue el gobernador que se rehusó a que las trabajadoras y trabajadores docentes perdieran contra la inflación y aplico una clausula gatillo que fue muy criticada por los recursos públicos que implicaba, pero la determinación de que había que acompañar a quien desarrolla con amor y pasión la educación fue total.

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