“El Consejo Escolar es el lugar donde más se trabaja en Mar del Plata”. La frase, directa y sin vueltas, sintetiza el tono con el que Mónica Lence, presidenta del Consejo Escolar, repasó su gestión al frente del organismo que, en silencio y sin estridencias, sostiene el funcionamiento cotidiano de la educación pública en el distrito. En diálogo con Trama Educativa, trazó un balance honesto, atravesado por el desgaste, la confrontación con la provincia y una convicción: “Lo di todo, ya está”.
Durante la charla, Lence destacó el valor de haber construido un equipo diverso pero con acuerdos básicos, capaz de priorizar la gestión por sobre la lógica partidaria. “Entramos por la política, pero dentro resolvemos como órgano de gestión”, afirmó. A pesar de las diferencias, remarcó que hubo respeto y diálogo.
Entre los puntos altos de su paso por el Consejo, mencionó la recuperación de edificios escolares abandonados y usurpados, como el de la Escuela 51 en el barrio Belgrano y el de Estación Chapadmalal. “Nos costó, pero los recuperamos y volvieron a la comunidad”, contó.
Uno de los mayores conflictos que enfrentó fue el del transporte escolar, que calificó como el más grave en 30 años. Ante la falta de respuestas del gobierno provincial, decidió cortar el diálogo con autoridades y visibilizar el reclamo en redes sociales. “Cuando no te atienden, hay que hacer ruido. Eso fue lo que hizo que se resolviera”, aseguró, y no ocultó su malestar al ver a funcionarios provinciales en la ciudad “como si nada”, mientras los reclamos locales eran ignorados.
En paralelo, puso en valor decisiones que no siempre se comunican, pero que impactan directamente en la vida escolar. Como el encendido anticipado de calefactores en abril, sin partidas específicas y con fondos propios, para evitar el frío extremo en las aulas.
A nivel político, Lence se mostró crítica tanto del gobierno nacional como del provincial. Habló de un sistema desgastado, donde todo está roto, donde nada funciona del todo. “Yo no sé qué quiero, pero esto no lo quiero más”, reflexionó. Y aunque reconoció no compartir ciertas formas, expresó su deseo de “probar otra cosa”.
Sobre el futuro del Consejo Escolar, consideró que la nueva gestión seguirá defendiendo la escuela pública desde distintas perspectivas. Ella, en cambio, se retira: “No tengo la necesidad, ya lo di todo”. A modo de cierre, dejó una invitación a quienes cuestionan desde afuera: “Que vengan un día al Consejo. Se van a espantar. Pero si tenes vocación, vale la pena”.
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