En Trama Educativa Radio recibimos a los integrantes del Taller de Banda del Colegio Amuyen de la Cooperativa de Servicios Educativos Tierra Nueva. Miguel Kelly, profesor a cargo del grupo, nos contó sobre los orígenes de la escuela, las dificultades en tiempos de pandemia y las motivaciones de los estudiantes.

– ¿Cómo nació el Colegio Amuyen?

Amuyen es un proyecto creado por un grupo de padres que en 1986 se animaron a pensar una escuela distinta, que no existía en la oferta educativa de la ciudad. Se contactaron con un diario sobre cooperativismo. También con Sara Paín que es una teórica que junta cuestiones de educación, desarrollo de inteligencia, con psicoanálisis. Una forma de aprender que daba el soporte material a ese diario cooperativo. Se animaron y fundaron Amuyen. Es un vocablo aborigen que significa ‘hacer camino con el otro’.

– ¿Cuál es la situación después de estos dos años de pandemia?

Lo presencial trae un plus: el contacto. No se puede comparar con nada. No se puede suplantar. Cuando hacés música, como en el caso nuestro que hacemos banda, que estás en el latir de la otra persona, es imposible si no es presencial. En el taller nos juntamos todos. De primero a sexto. Trabajamos juntos. El compañero que conoce un instrumento le presenta el instrumento al otro. El que toca la batería, tal vez se anima a conocer el bajo. Entonces allí se da un vínculo. 

– ¿Qué buscan los estudiantes al unirse a la banda?

Miguel: Lo primero que se observa es su amor y pasión por la música. Por otro lado, la posibilidad de conocer un instrumento, de relacionarse con los compañeros de otra manera. Es muy distinto al rol en el aula. 

Nico (Alumno): Más que nada explayar lo lindo de la música. Aparte de los instrumentos está el alma. Si uno no pone alma en la música no tiene emoción. Eso es lo más importante. Tener un espacio para explayarnos es muy importante. 

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