Por Juana Fortezzini[1]

A principios del 2020, en razón del ciclo de charlas Diálogos que nos Inspiran de la cátedra Didáctica General, Mariana Maggio nos planteaba que los cambios que se están desenvolviendo en las escuelas no son nuevos; es la aceleración de un escenario que ya había nacido teóricamente, que de a poco se manifestaba en aula, y que hoy ya asumimos (con resignación o con tensiones) como consolidado. La tensión que produce el encendido de la cámara, la nueva regulación de la asistencia atravesada por problemas de conectividad, la organización de cursos en burbujas a través de plataformas, entre otros, son hechos que van pautando, progresivamente, la digitalización de muchas dimensiones de la trayectoria escolar. 

El 22 de junio del año corriente, Google presentó para América un nuevo producto para docentes y directivos llamado “The Anywhere School”: la escuela donde estés. La presentación del producto contó con un innovador mecanismo de difusión. Se ofrece un video presentación, con consideraciones generales, y luego una serie de videos cortos que sintetizan una a una las nuevas incorporaciones. Uno de los hilos conductores que puede detectarse en las diferentes presentaciones es la idea del líder en educación. Google construye una imagen de docente que, formado para ejercer un liderazgo sobre sus estudiantes, es irremplazable. El rol de Google como empresa, y de sus trabajadores especializados como diseñadores de entornos digitales, es proveer al docente de herramientas que faciliten su trabajo en este contexto inédito. Así, proponen que hay que reconstruir la escuela. La primera pregunta, empero, que surge hasta aquí, es si efectivamente la escuela debe ser reconstruida; a este concepto, le adicionan la idea de re-imaginar la escuela. Por otra parte, en este movimiento de reconstrucción Google aprovecha para generar un lazo emocional con la comunidad educativa, haciendo énfasis en que la empresa se encuentra trabajando para cubrir las nuevas necesidades que van surgiendo en la profesión.

En síntesis, se plantean cuatro conceptos centrales para ofrecer The Anywhere School. El primero es la estructura colaborativa, sea presencial o virtualmente. La aplicación arquetípica aquí es Google Drive, que se encuentra anexado a Clasroom. El segundo es la facilidad; el tiempo docente es valioso, de manera que Google ofrece interfaces simples. A la facilidad, se le adicionan dos ideas complementarias, como tercer punto. Atractivo e inclusivo, Google te incluye independientemente de tus condiciones y, además, se plantea como un entorno que en primer término debe llamar tu atención, seas docente o estudiante. El último punto (interesante para pensar en la contraposición con Zoom.us, que experimentó varios problemas en esta línea) es la seguridad. El edificio escolar era impenetrable en estos términos. La reunión en Meet, en cambio, habilita estos nuevos temores.

Entre las funciones concretas que se sumaron al paquete The Anyhwere School, se encuentra en primer lugar la configuración automática de listas. Al igual que en otras dimensiones, esta función surge a partir de la anexión de otra plataforma educativa, Clever, que según su página oficial funciona ya en el 65% de escuelas primarias y secundarias en Estados Unidos. El docente ya no tiene que configurar sus reuniones en Meet o crear las clases en la plataforma, sino que éstas se crean automáticamente. En este sentido, Google construyó una red de anexiones con otras plataformas, denominadas partners, que hacen de Clasroom un espacio digital con accesos directos a otros espacios (entre ellas se encuentran Kahoot, Adobe Spark, BookWidgets, EdPuzzle). Por ejemplo, si quisiéramos generar una tarea que involucra a Kahoot, puede incorporarse directamente esta tarea al tablero de Clasroom, y, cuando les estudiantes resuelven la actividad, Clasroom recibe automáticamente éstas respuestas y las guarda para su revisión. Entre éstas, la plataforma argentina TICMAS recibió, en mayo de 2021, la certificación como Google Partner. Otra nueva función, planteada por sus diseñadores como la más solicitada, es la programación de tareas en varias clases de manera automática; se programa una clase, y la misma puede exportarse de manera automática a distintas clases al mismo tiempo. Ésta vez guiados por la aspiración inclusiva, Clasroom pasará a poder operar de manera offline. Se puede trabajar sin conexión sobre, por ejemplo, un Google Docs, y una vez que el dispositivo se conecta a Internet, las tareas se suben a la plataforma. Además, se incorpora una nueva función de seguimiento estudiantil, que promete la posibilidad de detectar con eficiencia a quienes precisan de una ayuda adicional. Se podrá acceder a la última conexión del estudiante, la presentación de la última tarea, la cantidad de comentarios que vertió en espacios colaborativos. Finalmente, respecto a la seguridad, Meet ha quitado el rol de administrador para que la reunión se administre a sí misma. Les estudiantes que pertenecen al Clasroom tienen acceso directo a las clases, pero, además, no pueden ingresar a la reunión hasta que el docente se encuentre activo en la plataforma.

La calidad de los productos de The Anywhere School es indiscutible. La plataforma ha tenido la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevos tiempos, y generó respuestas a muchas inquietudes que la comunidad docente fue experimentando, a nivel global, durante la pandemia. Sin embargo, y sin ánimos de cuestionar la capacidad técnica de Google, varias tensiones se desencadenan a partir de tales movimientos. La idea de “la escuela donde estés”, en términos conceptuales, oculta una falacia argumentativa. La escuela, efectivamente, es un lugar. Incluso aunque se desenvuelva en un entorno digital: Google también es un lugar. Se desencadenan así interrogantes complejos para el docente como profesional: ¿Cómo enseñar ciudadanía, si la escuela se construye sobre Google? ¿Cómo pensar las relaciones entre Estado y la educación en el aula, si de pronto interviene aquí una plataforma global? El sistema de Google Partners, por ejemplo, amplifica la localización de Google: TICMAS hace presente a Latinoamérica en esta constelación. No obstante, los espacios, pensados como atractivos, se presentan con una estética considerablemente despojada: TICMAS tiene una estética muy similar a las demás aplicaciones, como Clever, independientemente de sus particularidades. Si bien la invitación de Google a re-imaginar la escuela es necesaria y nos interpela como comunidad, resulta igualmente relevante preguntarse, sin desmedro del uso, qué nuevos lugares habita esta escuela re-imaginada y qué estamos enseñando desde ese lugar.


[1] Adscripta a la docencia en la Cátedra de Didáctica General. Integrante del Grupo de Extensión en Innovación Educativa (Geie) de Didáctica General de la UNMDP

Un comentario en «La escuela donde estés»
  1. Artículo sumamente interesante. Fundamental que se generen herramientas de soporte al docente pero que nunca podrán reemplazar al Docente comprometido que enseñará el valor de un ciudadano responsable.

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